Monday, August 11, 2014

Cardo mariano para regenerar tu hígado

 

El cardo mariano (Silybum marianum) también conocido como ‘cardo lechero’ o ‘cardo de Santa María’ es una planta que crece de manera silvestre en el sur de Europa, norte de África y Oriente Medio. 

En algunos lugares se le considera una mala hierba, pero hay otros en donde incluso se come. Desde la antigüedad se ha utilizado porque posee cualidades medicinales, específicamente para tratar problemas de hígado, vesícula biliar y molestias menstruales, entre otros.
El cardo alcanza hasta dos metros de altura y sus flores son de color brillante, violeta o púrpura. El tallo es muy grueso y con espinas; las hojas son anchas con unas franjas blancas. Su nombre proviene de la savia blanca y lechosa que brota de las hojas cuando se rompen. Se cultiva una vez al año en Hungría, Argentina, Venezuela y China.

Son varios los componentes que podemos encontrar en el cardo, por ejemplo: ácidos grasos, calcio, fósforo, hierro, magnesio, manganeso, potasio, selenio, zinc, beta carotenos y silimarina.

Debido a las propiedades que posee, el uso principal del cardo mariano es para para proteger al hígado. Lo anterior se debe a la silimarina, que estimula la síntesis de las proteínas lo que ayuda a que este órgano reemplace las células dañadas por nuevas. Además, estimula la producción de ‘glutatión’, sustancia que protege aún más de sustancias tóxicas. Recordemos que el hígado realiza más de 500 funciones dentro de nuestro organismo.

Aunado a lo anterior, también posee otras propiedades tales como:

•Es un potente antioxidante, 10 veces más que la vitamina E.
•Inhibe la producción de colesterol total e incrementa el nivel de colesterol bueno.
•Es un laxante natural, por lo que su uso es muy recomendado en regímenes para perder peso.
•Ayuda a eliminar grasa y es un diurético natural, así que coadyuva a bajar esos kilitos que sobran.
•Protege al cerebro. Es útil en el tratamiento de enfermedades como la isquemia cerebral.
•Reduce los niveles de azúcar en sangre.

Lo recomendable es consumirlo en comprimidos o cápsulas (los puedes encontrar en tiendas naturistas o en aquellas que se dedican a la venta de suplementos). En el envase viene la dosis sugerida por el fabricante, aunque recuerda que la opinión de un especialista siempre es recomendable, sobre todo si llevas algún tratamiento específico.

Recuerda… ¡tú generas el cambio!