Saturday, August 9, 2014

EL MITO DE LA LECHE Y EL CALCIO

 
"Muchas personas son ya conscientes de que la leche de vaca produce más mucosidad que cualquier otro alimento, un moco espeso que obstruye el sistema respiratorio y que favorece ciertas enfermedades. 
La fiebre del heno, el asma, la bronquitis, la sinusitis, los resfríos, la secreción nasal y las infecciones de oído pueden ser favorecidas por esta mucosidad, como así también causa de alergia. Este hecho puede comprobarse dejando de consumir lácteos por un tiempo.
"Un grupo estadounidense de médicos independientes, el PCRM (Comité de Médicos por una Medicina Responsable), aporta grandes razones basadas en estudios científicos para eliminar los lácteos de la dieta.
· Los productos lácteos aportan cantidades importantes de colesterol y grasa a la dieta, que pueden aumentar el riesgo de diversas enfermedades crónicas incluyendo las enfermedades cardiovasculares.
· Diversos tipos de cáncer han sido relacionados con el consumo de lácteos, como el de ovario (por la incapacidad de descomponer la galactosa) y los de mama y próstata (presumiblemente asociados al aumento de una sustancia que contiene la leche, llamada IGF-1).

· La intolerancia a la lactosa es común en muchas personas, especialmente entre los de razas no caucásicas. Los síntomas, que incluyen molestias gastrointestinales, diarrea y flatulencia, suceden porque estos individuos no poseen los enzimas que digieren la lactosa.
· El consumo de leche puede no proporciona una fuente fiable de vitamina D en la dieta. En muestreos de leche se han encontrado variaciones significativas del contenido de vitamina D, con algunas muestras que presentaban hasta 500 veces el nivel indicado, mientras que otras poseían poca o ninguna.

· Se emplean hormonas sintéticas para que las vacas lecheras aumenten la producción de leche. Como las vacas están produciendo cantidades de leche que la naturaleza jamás previó, el resultado obtenido es la mastitis, o inflamación de las glándulas mamarias. Su tratamiento requiere el uso de antibióticos, cuyos restos y de las hormonas se encuentran en muestras de leche y otros lácteos.
"Ningún animal en estado libre se alimenta de leche fuera del periodo de amamantamiento y a pesar de ello no padecen deficiencias de calcio. ¿Por qué? Sencillamente porque las dietas que ingieren les proporcionan todos los nutrientes que necesitan para su estado de salud normal, de forma instintiva saben qué deben comer y están preparados para extraer de esos alimentos todo lo necesario. El problema es del ser humano, que ha perdido esa referencia instintiva su dieta está tan desnaturalizada que invariablemente incorpora un exceso de ciertos factores y una carencia de otros.

"Relacionado con el calcio, se ha construido un mito infundado que asocia la falta de calcio en el organismo con la falta de calcio en la dieta. Nada más lejos de la realidad, por mucho calcio que se añada a la dieta, si los hábitos de vida en conjunto son incorrectos, las pérdidas de calcio seguirán representando un problema. Muchos pueblos indígenas con unos niveles relativamente bajos de calcio en la dieta obtienen suficiente calcio para mantener huesos robustos de por vida, gracias a los factores benéficos de su estilo de vida global.

"En este sentido, existen ciertos estudios que arrojan resultados destacables. El Estudio de Salud de Enfermeras de Harvard, que controló a más de 75.000 mujeres durante 12 años, mostró que el aumento del consumo de leche no tiene un efecto protector sobre el riesgo de fracturas. De hecho, el consumo superior de calcio procedente de los lácteos estaba asociado a un mayor riesgo de fracturas.
"Por otro lado, tenemos el Estudio de Nutrición Cornell-Oxford-
China, conocido como Proyecto China por haber sido realizado en China continental y Taiwan. Es un estudio masivo sobre más de 10.000 
familias diseñado para estudiar la dieta, el estilo de vida y las enfermedades de la población. Mediante la investigación simultánea de enfermedades y características dietéticas, como ningún otro estudio científico hasta la fecha, el proyecto ha generado la base de datos más completa del mundo sobre las múltiples causas de la enfermedad. En este estudio se observó que los chinos (que tradicionalmente nunca han consumido lácteos y en general su ingesta de calcio es baja), presentan un riesgo muy inferior de osteoporosis.

Las conclusiones demuestran, entre otras cosas, el papel des-mineralizante de la leche animal en el adulto. Cuando los chinos introducen la leche en sus dietas, se produce un aumento de la osteoporosis. Este hecho parece paradójico, puesto que los chinos bebedores de leche consumen cuatro veces más calcio que los chinos que no la ingieren. No deberíamos sorprendernos por estos resultados, es bien conocido que la osteoporosis es una enfermedad de los países occidentalizados, fuertes consumidores de productos lácteos, que supuestamente la previenen.

"Según el equipo de Hsiu y Funk (Universidades de Taipeh y Los Ángeles), la osteoporosis aumenta de forma espectacular en aquellas personas que sin haber tomado nunca leche animal, comienzan a 
tomarla. Esta pérdida de calcio puede ser debida a la acidez transitoria producida por el exceso de proteínas de los lácteos.
"Todo indica que los lácteos no ayudan a mantener huesos fuertes; se puede reducir el riesgo de osteoporosis eliminando el consumo de sodio y proteína animal en la dieta y aumentando el consumo de frutas y verduras, haciendo ejercicio, y asegurando un adecuado consumo de calcio procedente de vegetales tales como las hortalizas de hojas verdes, las legumbres y los frutos secos. Por ejemplo, una ración de brócoli contiene tanto calcio aprovechable como un vaso de leche, además de muchos otros nutrientes saludables.

"¿Cómo se pueden sustituir los derivados lácteos? El hecho de renunciar al consumo de productos lácteos puede acarrear problemas, no para la salud física sino de tipo social o psicológico, pues en el 
mundo actual se da un uso indiscriminado de productos lácteos, introducidos en las costumbres más cotidianas y formando parte de la gran mayoría de los alimentos elaborados que se consumen 
habitualmente. Renunciar a ellos da la impresión de no poder consumir casi ninguno de los alimentos habituales, y de restringir enormemente nuestra variedad dietética. La solución está, una vez más, en utilizar nuestra imaginación, explorar nuevos alimentos y buscar reemplazos eficaces.
En resumen, cualquier persona que se preocupe por la salud debe cuestionarse si el consumo de productos lácteos es realmente indispensable. Existen muchos indicios que en realidad pueden acarrear problemas de salud. La leche y demás lácteos no son necesarios en la dieta, y tenemos formas de reemplazarlos por otros alimentos más saludables. Así pues, ¿por qué seguir onsumiéndolos?

Una dieta sin lácteos puede cubrir todas las necesidades nutritivas y sin riesgos para la salud. En realidad, podemos alimentarnos perfectamente, sin tener carencias de ningún tipo, prescindiendo de 
los lácteos. La necesidad de sustituir los lácteos por otros alimentos responde a dos razones: una, la preocupación por el calcio; y la otra, el apego psicológico al "amamantamiento" diario.
Del calcio nos tendríamos que preocupar de las pérdidas más que del suministro e incluir en la dieta una buena cantidad de vegetales que contienen ese mineral.
Para los que necesitan seguir tomando un líquido blanco de sabor dulce suave, existe una amplia variedad de leches vegetales. Podemos obtener sabrosas y nutritivas "leches" de arroz, avena, almendras, avellanas, sésamo.

"Lait: le mythe du calcium" Jacques Ascencio. Revista Biocontact nº 62 (04/1997)